Día mundial contra la depresión

La depresión es una enfermedad incapacitante y desagradable que interfiere en todos los aspectos de la vida. Por si eso fuera poco, el estigma que hay en torno a la salud mental hace difícil que los pacientes con depresión hablen sobre ello y/o busquen ayuda.
He escrito mucho sobre la depresión, así que voy a compartir. Muchas veces, verse reflejado ayuda, sabéis? Nos hace sentir que no son cosas nuestras o que exageramos. Pero, sobre todo, nos hace ver que no estamos solos en esto y eso ayuda a pedir ayuda y eso es vital cuando hablamos de salud mental.
No sé… No entiendo por qué no le damos la misma importancia a la salud mental y a la física. Durante mucho tiempo, cada vez que fui al médico, sólo hablaba de síntomas físicos, pero nunca hablé sobre cómo estos síntomas me afectaban en lo más profundo de mi ser. Os diría que me daba vergüenza, pero es que la cruda realidad es que ni yo misma le daba la importancia que realmente tenía.
Os preguntaréis por qué pongo una foto que desborda alegría para dar visibilidad a la depresión, así que os lo voy a contar, aunque se trate de una foto repetida.
Ese día fue un día especialmente negro tras muchos das negros. Ese día pedí cita con mi psiquiatra con urgencia porque veía que iba a pasar algo muy malo si no hacía nada. No es un recuerdo bonito…
Y, mientras yo estaba en un estado cercano al límite, todo lo que vieron cuantos me rodeaban fue lo que veis en esa foto. Porque la depresión, cuando se ve, es porque ya es tarde. Significa que teníamos que haber pedido ayuda hace mucho tiempo o que necesitamos un cambio de estrategia a la hora de abordarla.
Hay una estupenda campaña de concienciación sobre el suicidio. Se trata de una muestra de fotos en la que cada instantánea es la última que se hizo una persona que había cometido suicidio. Y ni una de esas personas parece triste siquiera. Nadie, viendo esas imágenes, imaginaría que esas personas tienen depresión o están pasando por un momento difícil.
Y, es que, la depresión es igual. A la mayoría no se nos nota. Pero eso no significa que no exista.

¿Y cómo ayudarme?

Con gestos tan sencillos como no quitarle importancia a los problemas que pueda tener y que podrían ser los causantes de mi depresión. No zanjando un tema incómodo con un “bueno, ya verás como salimos y se te olvida”… Comprendo que a muchos pueda parecerle un tema incómodo, pero prefiero que me digas “vaya… pues no sé qué decirte…” mil veces o que me digas un sincero “si puedo ayudarte, aquí me tienes”.
No pienses que tengo depresión porque soy débil o porque no soporto la presión y me hundo en un vaso de agua. Me hundo en un vaso de agua, sí, pero no por lo que crees, sino porque la depresión es así. No sabe de fortaleza interna, ni de fuerza de voluntad, ni de creencias. Le da igual quién seas, el dinero que tengas o tu situación profesional. No le importa las razones que tengas para ser feliz. Por muchas que tengas (que yo las tengo), si te toca, te ha tocado.
¿Por qué? Ni idea, pero es así. Soy fuerte, cabezota, alegre, ambiciosa… Y aun así, hay días en que la señora depresión viene como una apisonadora y acaba con todo.
Por eso, hoy y cada vez que pueda, daré visibilidad a la salud mental. Y lo haré hasta normalizarla. Hasta que las personas que tenemos problemas de salud mental podamos hablar libremente de ello sin que se nos estigmatice o se nos aparte a un lado.
Por favor, hablad con vuestros médicos sobre salud mental del mismo modo que lo hacéis de la salud física. Decidles que tenéis dolor y cansancio, pero también contadles cómo os afecta psicológicamente.

Artículos relacionados:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*