Mi regalo en este día de Reyes

 

Cuando era pequeña siempre me costaba dormir la noche del día 5 de enero.

Al final siempre lo lograba (si no, no venían los reyes!) y, en la mañana del día 6, no tocaban las 7 de la mañana cuando yo ya estaba en pie yendo a despertar a mi hermano mayor: «Migue, que han venido los reyes!»- recuerdo que le decía siempre.

A partir de ahí ya os podéis imaginar lo que ocurría: se levantaba, despertábamos al resto de la familia e íbamos a abrir los regalos :D.

Atesoro ése recuerdo como si fuera oro 🙂 .

Al crecer…

Seguí siendo igual!!!! Jamás perdimos mi hermano y yo la costumbre de los reyes. Algunos años era él quien me despertaba, y otros era yo la madrugadora… Pero siempre había un «Que han venido los reyes!» entre los dos.

Incluso los primeros años, tras casarse él e irse de casa, nos mandábamos un mensaje de «Que han venido los reyes!».

Nunca hay que perder la ilusión

Eso es lo que os quiero transmitir al contar esta pequeña gran parte de mi vida: que con los años o las vivencias nos hacemos adultos, pero no debemos perder al niño que un día fuimos. La ilusión es un motor muy poderoso que nos puede ayudar más de lo que pensamos.

Cuando éramos pequeños nos ilusionábamos con un juguete, una muñeca o el simple hecho de ir de excursión al día siguiente. Sin embargo, a medida que vamos creciendo, perdemos esa capacidad de sentirnos felices con las pequeñas cosas que nos rodean… Y eso es una pena :-(.

¿Sabéis? Cuando tu cuerpo funciona, no hay dolor ni cansancio y llevas una vida en la que puedes trabajar, salir y esas cosas, el tener ilusión es algo que puede pasar desapercibido. Estás ocupado «teniendo una vida» y por eso la alegría y las risas en las copas y las tardes con los amigos se llegaba confundir a veces o incluso se superponen en cierto modo a la ilusión.

Pero cuando tu cuerpo no funciona…

Cuando tu cuerpo no parece querer funcionar del todo bien y el cansancio o un brote de la enfermedad te obliga a dejar el trabajo, las salidas y otras cosas, pierdes lo que era hasta ese momento «tu vida». Porque la realidad es así: cuando estás sano haces una serie de cosas que repites cada día. Por eso solemos preguntar «¿Qué es de tu vida?» y responder a esa pregunta hablando de trabajo, fiestas y demás de forma casi automática.

Yo no tengo trabajo ni fiestas. Por ahora no puedo… Bueno, me monto mis «fiestas» en Twitter, o con una conversación… Pero no son el tipo de «fiestas» en las que otros pensarían  ;-).

Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que me ha costado mucho tiempo, lágrimas y esfuerzo encontrar nuevos proyectos y hallar en mis hobbies y mi «nueva (y temporal) vida» la plenitud y la alegría. Puedo decir que soy feliz, pero hubo un tiempo en que pensé que jamás podría volver a decirlo.

Siendo feliz con las pequeñas cosas

Se puede. No es fácil y requiere tiempo, esfuerzo, paciencia y ayuda (siempre mejor con ayuda!), pero si yo he podido… ¿por qué no vas a poder tú?

Hace tiempo nada me llenaba ni nada me llamaba la atención; nada me hacía ilusión.

Vivir sin ilusión es triste, ¿no creéis? Así que, como ya os conté cuando puse el ánimo en tela de juicio, decidí ser feliz con las pequeñas cosas.

Ahora me hace ilusión hasta la más mínima tontería. El otro día nos reíamos porque les conté a unas personas que ahora era feliz hasta cuando me compraba una escoba jajaja. Pero una escoba chula de colores, eh? No una cualquiera!!! :p

Y es que… Es mejor así. Es mejor ser feliz. Aunque sea con cosas tontas. Aunque sea por el simple hecho de ver una flor que nace en tu maceta.

No sé cómo lo he hecho, pero supongo que tras mucho llorar y con una buena dosis de testarudez. Ojalá pudiera daros una fórmula mágica para que todos pudiéramos vivir con ilusión.

Porque la ilusión da esperanza. Y eso es importante.

Pero… lo que si puedo hacer es dares este pequeño obsequio:

Mi viaje por el Norte de España

Un día os dije que lo compartiría con vosotros y creo que el día de reyes es el mejor momento para hacerlo: porque con este viaje espero transmitiros esperanza, ilusión y fuerza.

Éste se trata de un viaje que planifiqué en el año 2009 y que, por motivos de salud, no pude hacer hasta el septiembre pasado.

Planifiqué el viaje y guardé el documento porque nunca dejé de pensar que algún día lo haría… Y ese día por fin llegó.

Por eso siempre os digo que nunca renunciéis a vuestros sueños y proyectos, sino que tan sólo los dejéis aparcados a un lado y los sustituyáis por otros mientras tanto.

Yo aparqué mi viaje durante 4 años. También aparqué mi trabajo, mi proyecto de familia y algunas cosas más… No los he olvidado y pienso llevarlos a cabo algún día, pero mientras tanto soy feliz con otras cosas: mis lanas, mis agujas y mis hilos. Ya lo sabéis ;-).

No se trata de lo que antaño pensé que sería, pero es lo que soy y tengo dos opciones: ser feliz o infeliz. Y cuando la depresión me deja, elijo lo primero.

No me lío más!! Os dejo un montaje que he hecho con algunas fotos del viaje. Veréis mi maleta y a la pequeña polizona que intentó venir con mi pareja y conmigo, pero que fue descubierta finalmente ;-).

También veréis, cómo no, mi sombrilla. Compañera indispensable e inseparable en este viaje, junto con mis cremas solares y las lunas de protección UV del coche, que hicieron el viaje muuuucho más cómodo para mí :-). Y, por supuesto, los preciosos parajes que vimos.

Por supuesto, este viaje no hubiera sido posible sin una buena planificación en la que alternamos días de descanso con días más activos. También hubo días y momentos en los que mi pareja se fue, móvil en mano cual reportero, a ver un pueblo o ciudad solo mientras yo descansaba. Luego me enseñaba los vídeos y fotos y me contaba con pelos y señales lo que había visto :-).

Y, como veréis al final, llegué a Port Aventura!!! Comencé el viaje con el pensamiento «a ver si me da para ir a Port Aventura» porque no las tenía todas conmigo… pero llegué!!! 😀 😀 😀 Eso sí, dos medios días para no morir en la experiencia! La foto de las montañas rusas la tomé desde la atracción de caída libre. Y… sí, me subíen toooodas las montañas rusas ;-).

Espero que os gusten las fotos y que, por encima de todo, os contagie la ilusión y la fuerza para jamás dejar que nada ni nadie os quite vuestros sueños.

Algún día todos podremos retomar los proyectos que un día la salud nos hizo dejar aparcados ;-).

La canción que he escogido para el vídeo es «Beautiful that way», de Noa. Porque la vida puede ser bella. Quizá en un sentido que jamás imaginamos, pero bella al fin y al cabo, y, como dice la canción:

Sonríe, aún sin motivo.
Ama, como si fueras un niño.
Sonríe, no importa lo que digan.
No escuches una palabra de lo que digan
porque la vida es bonita de esa manera.

(…)

Mantén la risa en tus ojos.
Pronto tu larga espera será recompensada.
Olvidaremos las penas
y pensaremos en un día más brillante
porque la vida es bonita así.

No renunciemos jamás a nuestros sueños. Algunos proyectos los tendremos que aparcar de vez en cuando, sí, pero ya veis que tarde o temprano los podremos retomar.

Artículos relacionados:

La fatiga en el lupus (o en cualquier enfermedad crónica).

La importancia de tener proyectos.

– El ánimo en tela de juicio.

De trofeos y victorias.

– La enfermedad, el lupus y la depresión.

La luz ultravioleta.

– Láminas de protección ultravioleta en coches.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

18 pensamientos sobre “Mi regalo en este día de Reyes


  1. M carmen Caceres says:

    Que fotos tan bonitas!!!!! Que país tenemos……
    Les diré que en mi casa aún se celebran los Reyes Magos, para los grandes y pequeños, es un día al año, pero es muy bonito y lleno de ilusión. La familia viene a mi casa a repartir los regalos. El mayor es para mi, son ELLOS mi familia, los Reyes


    • Nuria says:

      Sí, la verdad es que tenemos un país maravilloso :-). Yo me hubiera quedado en las montañas unos meses!!! 😀

      Ojalá nunca se dejen de celebrar los reyes en nuestras casas, M Carmen :-). Mil besos!


  2. Annna says:

    Precioso y emotivo. Enhorabuena por tanto…


  3. Juana Alicia Mtz. says:

    Nuria estás en una foto? al fin sé cómo eres? Hermosos lugares, la ciudad de lo más romántico. se parece a Guanajuato, México. Gracias por compartir!


    • Nuria says:

      Siiii ésa soy yo :-). De todas formas, tenía pensado cambiar ya la foto del blog y quitar la mariposita… Mira tú por dónde, lo voy a hacer ahora mismo :-).

      Compartir cosas bonitas siempre es un placer!!! Y ése fue n viaje precioso y especial :-).

      Besos!


  4. Conchi says:

    Gracias por compartir. La vida es más bella con personas como tú.


  5. Alicia Marchioro says:

    Hermoso vídeo Nuria ,y me gusto el relato es hermoso y que decir de tu gatita toda una protagonista,preciosa .Te felicito y sigue adelante con el blog , en el encontramos muy buena información y fidedigna .Hasta pronto. Un abrazo de mariposa.


    • Nuria says:

      Gracias, Alicia :-). Sé que tenéis a mi gata hasta en la sopa, jajaja, pero es que para mí mi gata es lo más bonito que hay y me ha ayudado tanto!!! Sin desmerecer a mi pareja, claro! 🙂

      Un abrazo enorme!!!


  6. María Alejandra Vazquez de De Piero says:

    Qué belleza Nuria!, aunque vivo en un paisaje natural parecido y muy bello, pero sin mar, sueño con conocer esos lugares. Un abrazo!


  7. te entiendo says:

    Precioso. Te entiendo perfectamente. Me alegro por ti. Es una gran verdad q hay que disfrutar de las pequeñas cosas q nos da la vida. Una lástima esas personas que se obcecan en la negatividad, y lo mas triste es cuando arrastran a los q les quieren a esos pozos negros. Debéis ser fuertes y felices aunque solo sea por los q os aman.


    • Nuria says:

      Gracias. Ahora soy feliz y disfruto de cada momento, pero muchos saben lo que me ha costado llegar a donde estoy. Muchas peleas, muchos gritos y muchos malos momentos… La negatividad supongo que es una parte del camino, tanto nuestro como el que debe recorrer quien va a nuestro lado.

      A mi pareja y a mí nos ha costado, pero hemos logrado ser un equipo. Él es fuerte por mí y yo lo soy por él, pero no nos ocultamos nada y, sobre todo, ambos sabemos que tenemos libertad para ser y para hablar… Porque la comunicación es clave en toda pareja.

      Yo estuve en un pozo negro… sé lo que es. Mi pareja también ha estado en un pozo negro porque vivir con mi lupus no debe ser fácil muchas veces… Pero, tras mucho trabajo y mucho tiempo, los dos hemos logrado un equilibrio en el que somos capaces de hablar sin miedo. Los dos tenemos claro que tengo lupus, pero que eso no es un problema más grave que cualquiera que mi pareja pueda tener.

      Si algo preocupa a mi pareja, si quiere hablar de algo, sabe que mi lupus deja de existir porque mi vida no es mi lupus, sino que son muchas cosas más. El lupus es, simplemente, una indeseada compañía que hemos decidido adoptar y domar como buen animalito. Si hemos logrado educar a una gata, ¿por qué no íbamos a domesticar a un lobito? 😉

      Habrá personas que quieran caminar a tu lado y otras que prefieran quedarse en su pozo negro. ¿Por qué viven ahí? Yo lo pregunté en su día y escuché… Comprendí que no todo en el mundo era mi lupus y que estaba descuidando a las personas que quería… Y juntos decidimos cambiar algunas cosas hasta alcanzar el equilibrio que tenemos (o creemos tener) y en el que somos felices.

      Se puede y se debe ser fuerte por las persas que nos quieren, pero no eternamente. Eso es imposible y acaba destruyéndonos…


  8. mayt says:

    Hola nuria…he pasado una noche d reyes en el hospital…muy triste…acordandom d m sobri y de la ilusion q tenia x ver la carita q ponia al ver los regalos q los «yeyes» habian dejado…
    la vida es asi…estoy aki x un virus respiratorio debido a la bajada d defensas de la ciclofosfamida…
    estoy de acuerd cntigo : LA ILUSION NO HAY QUE PERDERLA!!!!!


    • Nuria says:

      Siento que no pudieras estar el día de «yeyes» en casa, Mayt… Lo bueno de estas cosas es que habrá más años de reyes :-). Yo este año… a ver si logro pasar el día de mi cumple lejos del hospital! Ya van 2 años que lo paso allí y, aunque mis enfermeras me mimen, prefiero verlas en un bar! 😀