Ay, que me da un síncope!

Así lo solemos decir muchos cuando nos dicen algo que es una barbaridad o que no nos gusta. Y arrastramos la ‘i’ para darle más énfasis, verdad? «Que me va a dar un Síiiiiiiiincope!!!»

Y eso mismo es lo que me dio hace 3 semanas ya. Me dio un síncope 🙁 .

De verdad.

Por idiota.

Por bruta.

Por no darme la gana, una vez más, de escuchar las señales del cuerpo.

¿Qué es un síncope?

Según la revista española de cardiología, un síncope es un «cuadro clínico que cursa con pérdida transitoria, real o aparente, de conciencia. Habitualmente los pacientes se presentan con un cuadro clínico que pueden describir como una caída, mareo o lipotimia, y en muchas ocasiones no son capaces de afirmar si ha habido pérdida de conciencia».

Un cataplof literal, vaya, que es lo que me ocurrió.

Como ya nos vamos conociendo, resolveré la duda que a tooooooodos nos surge cuando lee que a alguien le ha pasado algo antes de seguir con otras cosas 😉 .

¿Me puede pasar a mí?

La primera pregunta que hice a los médicos en urgencias fue ¿es del lupus? Y la respuesta es tajante: «NO. El síncope le puede dar a cualquier persona en cualquier momento».

Ésa fue la respuesta en urgencias, de mi médico de cabecera y de mi médico (pregunté a todos :p ).

Así que aquí todos tranquilos porque ya os voy a contar yo por qué me ha pasado esto y os quedáis todos más tranquilos 😉 .

¿Ha sido por el lupus?

No, pero sí.

El lupus, como tal, no provoca síncopes. Sin embargo, en mi caso, el maldito cansancio es lo que me ha llevado a esto. Y la fatiga sí que me viene por el lupus.

Bueno, el cansancio y ser un animal de bellota y hacer más cosas de las que mi cuerpo puede. En rojo, bien grande, a ver si se me mete en la cabeza de una vez…

Aún conociendo mis propios límites, hay veces en que tiras las cucharas por la ventana como si se fueran a reponer tras una noche de descanso… Pero en mi caso y en el de muchos otros no es así.

El caso es que, por razones que ahora no vienen a cuento, me encontré en una situación inusual que me estaba sometiendo a una presión y un esfuerzo para los que aún no estoy lo suficientemente bien. Hice más cosas de las que mis cucharas soportaban… Un resfriado del 15 que llevaba arrastrando unas semanas tampoco ayudó mucho.

Las señales…

Mi cuerpo venía avisando desde hacía tiempo. Bastante. Pero, ¿para qué le iba a hacer caso yo? Nonono. Con la de cosas que tengo que hacer, verdad? Huy, ya me tiraré un par de días de marmota cuando termine! Lo que tooooodos (sí, todos!) nos decimos a nosotros mismos.

Ya. Lista, que soy muuuuy lista. A veces somos los que menos seguimos nuestros propios consejos… A veces, más de 4 veces (como dicen las sevillanas), necesitamos tropezar con la misma piedra… Lo peor es que no sé si habré…

Qué diablos… No he aprendido porque aquí sigo. Medio descansando cuando debería descansar.

No_AprendoY, es que, para muchos querer no es siempre poder. Yo siempre quiero hacer cosas! Mi mente no para de maquinar, pensar y moverse.

Mi cuerpo, sin embargo, es incapaz de seguirle el ritmo. Hay años luz de diferencia entre las velocidades de uno y otro.

Señal 1: aumento de la neblina lúpica

Tengo neblina lúpica, sí. Eso no es nuevo. Tenéis todo un artículo sobre lo que es eso, pero básicamente es que te vuelves más torpón. Se te olvidan las cosas, tienes pequeños momentos en blanco y algún despiste que otro.

Jorge y yo ya veníamos notando que me tenía que repetir las cosas más veces y en menos espacio de tiempo. Si pensáis que no se puede tener la misma conversación, palabra por palabra, en una misma mañana… os equivocáis. Pobre Jorge jajaja.

«¿Cómo se llamaba ese sitio?»- «Fulaniiiiiiiiito. Ya te lo he dicho 4 veces esta misma mañana!!»

Y yo nada más decía «ajuuuuuu que no me acuerdo! 🙁 «, con esa carilla de perrillo abandonado.

También hice cosas como echarle al risotto una copa entera de vino en lugar de media (risotto borracho. Buenísimo!), tuve que preguntar cómo se dicen algunas palabras y alguna que otra cosa más.

«Jorge, como se dice cuando te sientes gggrrrrr?» mientras escenifico el sentimiento o la palabra que estoy buscando, como si jugáramos a adivinar pelis con mímica… Sólo que las palabras que olvidas son de uso diario y común.

Como veis, historias como éstas tienen su «gracia» siempre que hayas pasado ya la etapa de aceptación de la disfunción cognitiva y no te resulte taaaaaaaaaan (se me olvida la palabra y tengo que jugar a la mímica con Jorge)… frustrante!!! Ésa es la palabra!!!

 

Señal n: me perdí en el metro

Tras una serie de señales «más tontillas» llegó ésta. Fue la que me hizo asustarme un poco… aunque no lo suficiente, ja. Para qué me iba yo a parar…

Iba de camino a casa tras salir del hospital en un día como cualquier otro y me confundí de salida. A todos nos ha ocurrido alguna vez, no? Eso es normal. Nada, te das la vuelta y deshaces lo andado para ir por donde debes.

Y, de repente, me perdí! Estaba en mitad del pasillo y en un segundo ya no sabía dónde estaba ni por dónde ir… Me agobié un montón!!! 🙁

Supongo que es la sensación que deben sentir las personas con Alzheimer cuando están en la calle y se acaban perdiendo los pobres porque dejan de recordar dónde están y quién son… Horrible. Una sensación horrible 🙁 .

Sentía cómo, a medida que miraba alrededor, crecía el agobio… Así que me paré, cerré los ojos, y me dije: «Nuria, haces este camino todos los días. Antes has dicho que tenías que deshacer el camino andado, no? Pues si estabas segura de eso hace 2 segundos es porque es lo que tienes que hacer».

Es lo que hice, aunque al principio sin mucha seguridad.

Y me reencontré. Madre mía, qué mal lo pasé…

No se lo conté a Jorge. No quise asustarlo.

Y llegó el síncope!

Tuvo que darme para que parara, supongo… Tras un par de semanas o algo más, llegó el día en que terminaba todas las tareas. Ese día que te has fijado en plan «acabo esto y a descansar lo que haga falta».

Por la mañana fui a una charla de la asociación sobre nutrición, meditación y yoga. Una charla impresionante, la verdad. Luego nos quedamos un ratillo de cháchara y risas en el local, me comí un bocata con una de las chicas y me fui corriendo a una reunión importante.

Llevaba todo ese día sintiéndome ‘rara’. Como si me faltara energía… Pensé que sería una jugarreta de los cortis y las bajadas de azúcar que me dan de vez en cuando.

No hice mucho caso (para qué, alma de cántaro!).

Me tomé un café con Luis y Manuel tras la reunión. Hala, mírala tú todo sonriente como si no le pasara nada… Ja. Espérate y verás.

 

Y me fui a ver a una amiga que estaba recién salida de un cataplof.

Seguía sintiéndome algo temblorosilla (qué raro que el café no me haya arreglado el tema del azúcar…), pero yo ahí como si nada. Hablando, soltando mis tontás…

Lo siguiente que recuerdo son a los chicos de la ambulancia. Me preguntaban cosas, pero no recuerdo qué.

Más tarde mi amiga me dijo que estaba sentada hablando tan normal y que, de repente, empecé a echarme para adelante poco a poco hasta que me di de bruces contra el suelo. Pero con todo el morro!! La herida del labio me duró más de una semana (el chichón en la cabeza y algún moretón que otro).

Por si eso no fuera poco, perdí la conciencia y me dio por convulsionar. Menos mal que no me pilló en mitad de la calle ni conduciendo!

Viajecito a urgencias

Lo tengo todo un poco confuso, la verdad. Vi a Jorge ya desde dentro de la ambulancia y me llevaron a mi hospi, donde me hicieron un escáner cerebral, una radiografía, una analítica y un ecocardiograma. Todo bien.

«¿Por qué me ha dado esto entonces?»

«Porque sí. Le puede dar a cualquiera».

Ya… ya me imagino yo por qué me ha pasado… Por animal!!! Si las señales son para algo, Nuria… Pero tú para qué vas a hacerles caso.

Naaaaaah pa qué!?

A las 4 horitas (creo) me echaron para casa.

Luego estuve en cama, como si me hubiera pasado un camión por encima, una semana. Aún así me tuvieron que prohibir, bajo amenaza de atarme a la cama, salir a una reunión.

Me levanté justito para ir al EyeForPharma y me costó convencer al personal de que estaba bien. Aunque no lo estaba del todo, ja. Cabezona como yo misma.

Sigo recuperándome…

Jejejeeeeee. Sí. Aún no estoy bien del todo y tengo que ir a mi médico y, por enésima vez al médico de cabecera (pedazo de médica que tengo, señores, cómo me cuida!!!! 😀 ).

Y tengo que estar bien bien porque en nada me voy a Oviedo al Congreso de e-salud!!! 😀 😀 😀 Mis berenjenales y yo, ya lo sabéis 😉 . Si es que me gusta un sarao… Y me gusta aún más retransmitir a todo el mundo los eventos a los que voy!

En serio… muy en serio…

Tenemos que hacer caso a las señales del cuerpo, que es muy sabio!!! A ver si me aplico el cuento…

Un saludo especial!

En urgencias conocí a una chica que me dijo que seguía el blog. La verdad es que me hizo mucha ilusión 🙂 . Estuvimos hablando un rato y le dije que la saludaría cuando os contara mi cataplof, así que…

Hola!!! 😀 (Ains, no me acuerdo de tu nombre… Lo siento… Tengo ese día algo nubladillo, je).

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Fuentes:

  • Revista Española de Cardiología: «Síncope«.

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12 pensamientos sobre “Ay, que me da un síncope!


  1. fernanda elgueta says:

    Mi lupus es de reciente diagnóstico, pero me identifico plenamente con lo que dices.
    El sentir las ganas de hacer cosas y «no darse cuenta u oir» que el cuerpo está pidiendo que pares, me pasa todo el tiempo y se me complica regularlo.
    Me olvido las cosas, tengo blancos en la memoria y confusión, trato de anotar todo, por suerte siempre he sido muy prolija y organizada, pero siempre hay algo que se escapa, porque pienso «me lo voy a acordar», pues no siempre.
    También me he encontrado confusa y perdida en una esquina diciendo «cómo llegué aquí, si era para el otro lado?», eso es lo que más me chocó la primera vez que me sucedió, por suerte, pude serenarme y «retomar la buena senda», me quedará cómo anécdota y posiblemente me pase de nuevo, aunque también me dejó un gustito triste y amargo.
    Cómo me voy a confundir la dirección en un lugar de mi ciudad que conozco hasta con los ojos cerrados?
    Pues será parte del proceso de adaptación, supongo, a este nuevo «compañero».
    Tengo bastante miedo de volver a sentirme mal como cuando todo comenzó y eso que apenas estoy empezando, con el tratamiento y con todo, así que trato de portarme bien y no estresarme o ponerme nerviosa, pero eso se me hace más difícil :/
    Como siempre te digo Nuria, me hace bien leer tus posteos porque siento que no estoy sola en esto.
    Me han recomendado que me acerque a algún grupo, pero aún no me siento lo suficientemente fuerte, por eso este lugar es mi pequeño oasis de contención.
    Cuidate, y todos por igual, que no es lindo sentirse mal.
    Saludos!


    • Nuria says:

      Fernanda, es pronto aún para tener todo «bajo control». Ahora tienes que empezar a conocer tu lupus, aprender cada una de las señales de tu cuerpo y lo que cada una significa. Y eso es, por desgracia, ensayo de prueba y error muchas veces. Así es como aprendemos! Con respeto, pero sin miedo irás aprendiendo cada cosa porque cada lupus es un mundo y las señales que te envíe tu cuerpo no siempre serán las mismas que tengan otros pacientes.

      Yo tardé tiempo en aprender a leer las señales, sabes? Y más tiempo aún tarde en hacerles caso porque es muuuuy difícil dejar de hacer cosas que siempre has hecho y que disfrutas haciendo. Pero las irás cambiando por otras que te llenen igual o incluso más 😉 . En eso consiste el proceso de adaptación.

      Y, tan fácil como suena… ja! No lo es. Así que tómate tu tiempo, ve a tu ritmo y no te dejes agobiar por la gente que dice que es fácil y blah blah blah. Algunos pacientes lo hacen en dos días (suertudos ellos), otros en 20 y otros tardamos años (fue mi caso!). Pero lo importante es que estamos haciendo algo 😉 .

      Ah! Y yo no me he vuelto a perder, así que tranqui, que no tiene por qué pasar. Ya hemos visto las dos que serenándonos la cosa se arregla 🙂 . Sigue leyendo, escribiendo… haz puzzles! Mantén tu mente activa, aunque tengas que leer un mismo párrafo 4 veces para enterarte bien de lo que dice (yo lo hago :p).

      El miedo es normal, preciosa… Lo hemos pasado muy mal y nadie en su sano juicio estaría libre del miedo a volver a pasar por lo mismo… Pero piensa que hay una diferencia muy grande! Estás diagnosticada y, sobre todo, tienes tratamiento. Y estás aprendiendo las señales, a cuidarte… Eso, créeme, puede marcar la diferencia.

      En cuanto a los grupos de apoyo, haces bien. Debemos ir cuando estemos preparados. Forzar ese tipo de cosas no es bueno.

      Un beso enorme y sigue así!


  2. Andrea says:

    Ay! Me paso algo re parecido. Vengo hace días deabordada (de Stress, trabajo y emociones -de las lindas y las otras). Estaba frente a un viaje q me emocionaba, así q adelante el trabajo. Me salió alergia. Me dan medicación. Siento q me duermo, vengo conduciendo el auto y plaaaaf -choque con otro carro, nada importante. Apenas un rayón. Culpo al medicamento q daba sueño. Viajo. Avión paseos, Togo Genial. Maravilloso y agotador. Regreso y el trajín x recuperar el tiempo perdido. Nuevamente me siento en extremo cansada, algo confundida. Voy manejando. Siento q me mareo. Tomo un desvío x calles menos transitadas y cuento las cuadras para llegar a casa a descansar. Faltan 30. Me mareo. Me falta el aire. 25. Estoy muy cansada pero pienso que ya casi llego. Mejor voy a estacionar, en la próxima cuadra…y al rato siento la voz de un policía que me pregunta si precisa que me pida una ambulancia, el auto todo chocado, mi cabeza sobre el volante y un montón de curiosos. Después me explicaron. Fue un síncope. Manejando. Por suerte casi no me lastime no herí a nadie (solo los vehículos). No, no tiene nada que ver con el Lupus. Si con el cansancio. Aquí estoy, en reposo, con cuello ortopédico y haciéndome muchos estudios para ver de que se trató. Obviamente, me negué a que llamen a una ambulancia y estoy hace 10 días yendo de un lado al otro haciéndome estudios (siempre con el miedo de una internacion, ya que sabemos que el Lupus duele terminar así). Descansando a medias. Agradeciendo que no haya sido nada grave y sintiendo que en el fondo uno nunca termina de aprender t aceptar que hay que parar a tiempo.


    • Nuria says:

      Ay Andrea, que tú eres peor que yo!!! Te encabezonas más y encima te da condiciendo, qué miedo… Menos mal que a nadie le pasó nada, pero… claro, y nosotras cómo íbamos a saber que nos podía dar eso?

      Espero que estés bien y que no haya habido afectación cerebral. En mi caso ya me han dado los resultados y estoy libre!


  3. galo says:

    me alegro de haberme suscrito a tu bloc , animo un abrazo! otro lupi mas


  4. Karla says:

    Espero te recuperes pronto! Amo tu blog!

    Me ha sido de gran ayuda que teniendo LUPUS acabo de salir del herpes zoster que lo caché gracias al Cell Cept que dejó mis defensas por los suelos.

    Gracias por compartir, un abrazo y a descansar!


    • Nuria says:

      Huys el Zóster ni melo recuerdes!!!! A mí me salió en el cielo de boca y comí más papillas que un bebé! :p

      Aún no me he terminado de recuperar, pero es que necesitaría una semana tranquilita y soy cabezota como yo solita jaja. Ya sabes lo que cuesta seguir el ritmo de un cuerpo que noooooo quiere hacer nada… 😉

      Un abrazo y gracias!!!


  5. Ana Cordobés León says:

    Hola Nuria! Me suena lo que te ha pasado, no he llegado al síncope, pero mi cuerpo me ha dicho basta ya, y esta vez le he hecho caso.
    Mi salud es lo primero, y si algo me está haciendo mal o causando un estrés extremo, lo aparto, como he hecho hoy mismo, aunque todavía me queda un poco para apartarlo de todo… ya te contaré…

    Un besito, y ya hablaremos!!

    Cuidate!

  6. Yo he tenido más de uno, el último esperando en el ambulatorio; así que me pasaron rápido a urgencias pero perdí mi cita jaja
    Somos animal de bellota. Yo no lo habría dicho mejor.
    El cuerpo avisa pero también es verdad que estás harta de que no diga otra cosa cuando, como dices, tu cabeza maquina todo lo que quiere hacer (mil cosas, como siempre ha sido) y tu cuerpo grita un gran ¡JA!


    • Nuria says:

      Jajaja anda que no… Ya ando de nuevo en las mismas, tras los preparativos del día mundial del lupus, boda en Barcelona (de esos eventos a los que no puedes decir que no vas) y luego, para guinda del pastel… resonancia en el hospi a las 21:00 un domingo! Pa que digan que los profesionales sanitarios no trabajan… pobres…